Una caída al poco de iniciarse la carrera supuso el punto y final prematuro a los Juegos Mundiales de Ciclismo, organizados por la Fundación ADO Moure y que estaba previsto que se disputasen ayer en Sobradelo.

A menos de un kilómetro de la salida, el corredor del Club Ciclista Chantadino Javier Burgo López sufrió una aparatosa caída que acabaría suponiendo la suspensión de la prueba. El ciclista lucense se disponía a cambiar de plato cuando se le salió la cadena y al pedalear en vacío, y con la intención de acelerar el ritmo, acabó volcando hacia delante. El impacto contra el asfalto lo dejó tendido en la carretera y tuvo que ser atendido por los servicios médicos que cubren la carrera.

Justo detrás venía su hermano David: «Intentábamos los dos escaparnos, pero no pudo ser. Es la caída más tonta, pero a la vez la mas habitual. Casi me caigo yo también». Y añadía que «al principio pensé que era una caída sin más y que lo veía luego en la meta».

El resto de corredores siguió la marcha, incluido el hermano del herido, y dieron una vuelta al recorrido (seis kilómetros), pero la organización no dudó en suspender la carrera.

«Con un golpe así nunca sabes lo que puede pasar. Le dolía mucho el pecho y había que vigilar que no tuviese nada importante ni en la cabeza ni en la espalda», aseguraba Carlos Moure.